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 Uno de nuestros  colaboradores se desplaza al lugar indicado por el cliente, que puede ser su domicilio o empresa. El colaborador recoge las prendas que el cliente desea lavar y realiza un inventario para asegurarse de que todas las prendas estén registradas. 

 En la lavandería, las prendas son tratadas según las instrucciones del cliente y los estándares de limpieza de la empresa. 

Después del lavado, las prendas se trasladan a secadoras industriales que utilizan aire caliente para eliminar la humedad y dejarlas completamente secas. 

 Para prendas que requieren planchado, se utilizan planchas industriales que proporcionan un acabado limpio y sin arrugas. 

 Después del proceso de limpieza, las prendas son sometidas a un control de calidad para asegurarse de que estén en perfecto estado y cumplan con las expectativas del cliente. 

  Una vez que las prendas están listas, son entregadas de nuevo al cliente en el lugar y hora acordados. Puede ser en su domicilio o en cualquier otro lugar especificado.